LOS STATUS DE IDENTIDAD DE MARCIA: DESARROLLO EN LA ADOLESCENCIA.
Lo primero que podemos tener en cuenta es que en la conformación identitaria del adolescente no sólo intervendrán aspectos mentales, sino que el físico tendrá un peso determinante en esto, siendo de hecho los componentes físicos, especialmente sexuales, los primeros que se formulan; provocando que en primera instancia sean estos factores los que le causan mayor preocupación, para dejar paso después a los valores morales, vocacionales e ideológicos, ello en relación con los propios componentes sociales.
Así, como vemos, el adolescente, una vez alcanza la etapa de operación formal del desarrollo cognitivo, debe enfrentarse a todo un juego de identidades manifestado gradualmente y que le permite explorar alternativas muy diversas.
En relación con este punto podemos aludir al término acuñado por Erikson como la Moratoria Psicosocial, el periodo de la adolescencia en el cual el individuo puede retroceder, analizar y experimentar con los diversos roles sin llegar a asumir ninguno; a raíz de lo cual, en la década de los sesenta, numerosos investigadores ahondaron en el tema, destacando la participación de Marcia en su alusión a la Teoría de los status de identidad.
Según éste, la identidad es una organización interna, autoconstruida, dinámica de impulsos, habilidades, creencias e historia individual, cuyos elementos cambian constantemente a medida el individuo se desarrolla. A propósito de estos cambios es por lo que establece sus cuatro niveles de identidad:
1. La formación de la identidad implica compromisos en sus áreas básicas.
2. Requiere un periodo de exploración y cuestionamientos.
3. La sociedad occidental posibilita la moratoria psicosocial.
Sería a partir de estos supuestos por los que formularía sus cuatro niveles de identidad, siendo el logro de una de una el nivel más avanzado, tras pasar por un nivel de moratoria de exploración, que se considera otro de los niveles, a los que se suma el de exclusión, referido a los individuos que no han pasado por la exploración y se mantienen firmemente comprometidos con un valor formulado desde su niñez del cual no han vivido el desapego a falta de comparación con otros; y el de difusión, el menos avanzado y que se caracteriza por la incapacidad para acogerse a una identidad.
En todo esto, es importante aclarar que los niveles de formación de identidad no siempre se desarrollan con una secuencia exacta, habiéndose observado hoy día tres variaciones importantes:
1. Algunos individuos nunca hacen la transición de moratoria y logro de identidad, manteniéndose firmes en la exclusión.
2. Numerosos adolescentes llegan a esta etapa en medio de la difusión.
3. Aun habiendo alcanzado el logro de identidad, puede retrocederse a condiciones inferiores.
Otras teorías en relación con el desarrollo de la identidad en la adolescencia nos vienen dados de autores como Peter Blos, a propósito de un segundo proceso de individualización; Anna Freud, como un aflojar los vínculos objetales infantiles; o Jane Kroger y su alusión establecida por cinco análisis teóricos que le permiten hablar del establecimiento en esta edad de la creación y pérdida de nuevos equilibrios personales.
Si el tema os ha parecido interesante, os recomendamos el siguiente texto de
Anales de psicología:
http://www.um.es/analesps/v25/v25_2/14-25_2.pdf
Lourdes Martínez Cabrera
Bibliografía:
AGULLÍ TOMÁS, E., (1997),
Jóvenes, trabajo e identidad. Oviedo; servicio de publicaciones de la Universidad de Oviedo.
CLONINGER, S. C., (2003),
Teorías de la personalidad. México. Pearson Educación.
RICE, P., (1997), Desarrollo humano, estudio del ciclo vital. México: Pearson Educación.